El ultimo suspiro de un segundo

Parece que se ha ceñido sobre nosotros la fecha de salida y cual occidentales que se van de viaje no podemos dejarnos nada.
- ¡¡Joder que casi se me olvida la crema del pie!! ¡¡O las tiritas!!
Anda, mete el plumas, el forro, el saco, la esterilla, el termo, los guantes, la chaqueta, calcetines y un montón de artilugios que solo sirven para algo en algunas situaciones muy concretas pero sin los cuales sería imposible una ascensión como esta como los tornillos, piolets, cuerdas, estacas, etc… Hemos metido tantas cosas que el petate no se cierra; pero me he quedado mirándolo un rato.
El petate es nuestra maleta, es negro, duro, con correas muy fuertes, ya conoce Nepal de viajes anteriores y a él le da igual, sabe como es esto. Lo observo bien, cansado de que no me quepan las cosas y me doy cuenta que estaba hasta arriba antes de empezar a llenarlo; estaba lleno de ilusiones, de optimismo, de imágenes, de cariño y por que no de miedos… Hay tanta logística que viaja a Tibet con nosotros que el petate no se quiere cerrar, no quiere que saquemos la ilusión o el optimismo para meter absurdos cacharros.
Bueno normal... ¡¡ni falta que hace!!
Con algún buen consejo consigo cerrarlo y me aseguro que vaya bien cubierta la ilusión que metí al principio del viaje. La escondo entre los calcetines gordos y dentro de una bota, no vaya a ser que le den algún golpe en el aeropuerto y me la estropeen, que todos sabemos como se tratan los bultos por ahí…
Y así, convencido de que llegará intacta la ilusión hasta por lo menos el campo base y quizá más allá, sabemos que esta es la ola que nos transportará mecidos hasta el siguiente segundo de la vida, que como dijo el buen cantante y mejor poeta Extremeño Robe, aunque creo que copiado de por ahí… “La vida es galopar un camino empedrado de horas minutos y segundos. Yo más humilde soy, y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo me transporte mecido hasta el siguiente…”
Pero mejor fue aquello de “Me subo a las estrellas y me tiro de cabeza”
Gracias por vuestro incondicional apoyo, os echaremos mucho de menos. Seguro.
Namaste